Las mascarillas hasta el día de hoy han sido un elemento imprescindible en esta pandemia, tanto para mayores como menores, ya que es una gran barrera física para protegernos de contagiar y posiblemente contagiarnos.

Por más buenas y importantes que sean, las mascarillas también tienen su parte mala y molesta, por ejemplo: la molestia que causan detrás de os orejas, empapan las gafas, incomodidad para respirar, etc. Sobre todo para la gente que trabaja durante largas horas fuera de casa o con gente desconocida. Para ello, solamente hace falta eliminar las gomas y los puentes de las mascarillas, introduciendo unos adhesivos. Esto hace que la mascarilla sea cómoda de llevar y que se pueda poner y quitar fácilmente. Así es como la define este platino, el creador de este invento.

Los adhesivos se pueden colocar en cualquiera de las mascarillas que suelen ser más utilizadas, como las quirúrgicas, las higiénicas o las FFP2, según José Miguel, mejorar esta idea le ha llevado entre uno y dos meses: «Y todavía sigo, porque constantemente están intentando mejorar», añade.

«Notas que tira un poco, pero es muy suave. Son muy cómodas. Para que os hagáis una idea, me ha pasado de ir a beber y no darme cuenta de que tengo la mascarilla», cuenta José Miguel.